Escrito por: Lilian Guadalupe Dévora Méndez
A menudo, la comunidad profesional afirma que la ley difícilmente puede seguir el ritmo de las relaciones sociales cambiantes, se desarrolla con demasiada lentitud y no tiene en cuenta las tendencias modernas. Esto es especialmente notable cuando se trata de nuevas tecnologías, por ejemplo, criptomonedas, autos inteligentes o la introducción de sistemas aduaneros electrónicos.
¿Es posible “conciliar” Derecho y tecnología y cómo hacerlo?
El Derecho y la tecnología no se combinan de la mejor manera posible, porque la legalidad puede llegar a hacer inherente a la estabilidad, la previsibilidad, la certeza, y la innovación, por el contrario, presupone el cambio. El principal problema es que la ley está constantemente tratando de ponerse al día con tal o cual innovación, y en cierta medida ya regula las tecnologías del pasado, y las normas se vuelven obsoletas casi el día en que entran en vigencia.
Varias ramas del Derecho todavía se adhieren a un enfoque conservador y no se centran en la regulación de las nuevas tecnologías. Pero al mismo tiempo, no hay uniformidad entre las distintas ramas del Derecho en el enfoque, ya que algunas de ellas están tratando más activamente de encontrar un lugar para las innovaciones en el campo legal, ya que el Derecho es un fenómeno complejo basado en intereses sociales.
Si se parte del hecho de que la regulación legal de las nuevas tecnologías es inevitable, incluso con sus limitaciones inherentes, surge la pregunta: ¿qué debería ser exactamente? Apenas hay una respuesta inequívoca a esta pregunta; más bien, son posibles tres enfoques:
- Las normas existentes ya son bastante aplicables a las nuevas tecnologías;
- Las normas actuales deben modificarse para adaptarse a las tendencias modernas;
- La ley debe ser fundamentalmente nueva.
Al mismo tiempo, no se puede decir que el legislador deba elegir solo una de las tres opciones y ceñirse a ella en el futuro. Los tres enfoques son bastante aplicables, dependiendo de la industria y la etapa de su desarrollo.
Por ejemplo, en la etapa inicial de regulación de nuevas tecnologías financieras, se considera necesario describir nuevos fenómenos utilizando las categorías legales existentes. Criptomonedas para recaudar fondos para proyectos y startups, pagos móviles, etc.
Un ejemplo del rápido desarrollo de tecnologías es la introducción de ciudades inteligentes, refiriéndose a un concepto de planificación urbana que combina sistemas físicos, digitales y humanos en un entorno creado artificialmente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, permitiendo al gobierno de la ciudad monitorear el desarrollo de la misma y recopilar datos de las y los residentes y dispositivos para determinar las perspectivas de desarrollo futuro. Se dan las altas expectativas con respecto a la profesión legal, en particular, la introducción activa de la automatización se puede suponer que la naturaleza de la regulación legal cambiará en el futuro. Si la ley puede adaptarse a las tendencias modernas, tendrá que volverse más funcional y flexible de lo que es hoy. Al menos esto es con lo que cuentan los representantes de la comunidad profesional.
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Lilian Guadalupe Dévora Méndez
Estudiante de la Licenciatura en Derecho en el Tecnológico de Monterrey